
CAVILACIONES EN RUIDERA, POR SALVADOR JIMÉNEZ RAMÍREZ
Continuamos con nuestra ruta por veredas-vías pecuarias, avariciosamente “mordisqueadas” y por más caminos de “Hispania”, muchos colmados de residuos, donde predominan los rotulados: “Prohibido el paso Camino Privado”, “Prohibido el Paso Camino Particular”; “Atención no pasar…”. (Estaban venando… (?)… Por más llamadas que realizamos a varios ayuntamientos, no obtenemos claras respuestas, respecto del número de asiente o catalogación del camino que pretendemos referenciar…
Nos enfadamos, pero recordamos lo que alguien nos dijo un día: “…; no hay que cabrearse, porque hay territorios de “Hispania” que siempre han sido así… La gobernabilidad de muchos territorios y pueblos de la “Hispania” que dices, es una entelequia… El mandamás suele confundir mando con gobernabilidad… Aunque a capas político-aristocráticas, la mucha vanidad y ansia, aunque no lo parezca, les suele poner, con frecuencia, en aprieto la bolsa y la honra… Decía Aristóteles: amigo de Platón sí, pero más amigo de la vedad…”. Efectivamente hay circunscripciones, donde se dan cita todas las discordancias del comportamiento humano social e institucional… Hay lugares que son como una paradoja para la inteligencia y un fenómeno para la reflexión… Al cavilar sobre ello, sentimos algo de vergüenza ajena y compadecemos a ciertas instancias e instituciones que todavía siguen condicionadas y pidiendo favor al político relevante y al “Ricohome” preponderante, ganadores todos de muchas Dispensas y Gracias; aunque sean transgresores de leyes… Muchos conjuntos o entornos político-sociales, suelen tender al incondicional servilismo o “parasitismo”, importándoles poco la condición del “anfitrión” u “hospedador”, mientras éste les “suministre” manteca y posada… “Ayer convidé a Torcuato: comió sopas y puchero, media pierna de carnero, dos gallinas y un pato…”. (Moratín).
Unos cafres, que se descuelgan, atropelladamente, campo a través, nos adelantan echando brasas por los tubos de escape, haciendo revolcaderos de borricos, con una conducción temeraria…
No tenemos por más que reprochar las actuaciones de no pocos organismos e instituciones, entre ellos algunas corporaciones locales, que no se preocupan por recuperar de oficio bienes de dominio público; “usurpados por las manos muertas”, al tener potestad de recuperación de dichos bienes; (incluidos los que formarían parte de nuestro Patrimonio Histórico) cuando se pruebe su valor histórico o una apropiación irregular, de dicho bien en su ámbito municipal… La responsabilidad y autoridad que no actúan, no son responsabilidad ni autoridad…
La actitud y tal vez la idiosincrasia de ciertos gobernantes, es un tanto propensa a la dejación del deber de velar por los bienes de dominio público, posiblemente, por aquello de que el vasallaje implica fidelidad al preponderante, a cambio de protección y “Bondades”… Son esos gobernantes, en su desasosiego político, sobre todo en el ámbito municipal, sujetos bastante sumisos, actuando demasiado influenciados por el proyecto del influyente político de turno que también suele ser “Ricohome”… “Ricohome”, favorecido por muchas prebendas, orgulloso y levantisco si se le lleva la contraria… Y aquí la paradoja: la administración o instituciones públicas, se suelen regocijar con extraño y hasta patológico hieratismo, cuando acoquinan o abruman a los ciudadanos más indefensos; sabiéndolos fracasados al alzarse en sus reivindicaciones ante los organismos públicos; dándoles a entender con ello, que son las instituciones, los políticos “ansiosos” y los “Ricohomes” los que mandan…; por lo que a los ciudadanos de “poco tener”, no les queda más opción que ser obedientes…
Circulamos con mucha prudencia por un camino vecinal-“natural”, en el que no hay señalización que avise o aperciba del tránsito de animales de caza mayor, procedentes de los predios linderos… En un margen fluvial, de entre unas támaras secas; de esas que hasta a Bruselas hay que solicitar su aprovechamiento, por ser propiedad del coto aledaño y no de la zona de servidumbre fluvial, saltan en estampida unos jabalíes, impactando uno de ellos, con movimientos atáxicos, contra nuestro vehículo…¡Las támaras sí, el paquidermo silvestre no! Pese a tener cebaderos próximos y ser monteado, “el bicho”, por el dueño del predio cuando se tercia… Pocas opciones tenemos para pedir daños y perjuicios, ya que todo está “diseñado” y legalizado administrativamente, mediante disposiciones legislativo-jurídicas “apropiadas” a conciencia y beneficio de la vanidad, ambición y disparate humanos que, en muchos casos, adquieren carácter de teatralidad y “universo” carnavalesco…
Emprendemos la vuelta acompañados de un séquito de decepcionantes sombras… En el contraluz de una cobriza atardecida, extraños mundos irrumpen sin licencia en nuestra mente… El suelo del camino, pisado durante milenios, está lleno de miríadas de pisadas que queremos ver… Y en otros tiempos buscaban el final de un viaje de salvación, cuando las conciencias meditaban sobre los milagros… Así, aquella tarde, dejamos de evocar y “animar” muchas andanzas y peripecias, por sendas, veredas y caminos de “Hispania”.

Fotografía de Salvador Jiménez
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